Brasil: cómo se ejerce el periodismo en la zona norte del gigante sudamericano

Reportaje:

Santiago, miércoles 01 de julio de 2009

El ejercicio del periodismo en la zona norte de Brasil impide que sea un país de todos

Si la prensa más influyente de Brasil está concentrada entre los departamentos más grandes y ricos del país, el sector Norte y Noreste presenta una grave dificultad: la de no integración. Este es un problema interno que impide que Brasil crezca más dentro del sector sudamericano y que apunte hacia la proyección mundial, teniendo en cuenta que las políticas de información de un país evidencian su situación.


Contexto

Brasil es el quinto país en extensión del planeta que alberga 185 millones de habitantes, es la séptima economía mundial, un país clave en el contexto regional, fronterizo con casi todos los países sudamericanos (excepto con Chile y Ecuador), que reúne el 27% del PIB sudamericano, y que está compuesto por cinco regiones: norte, noreste, sureste y centro oeste… pero con desigualdades internas que impiden que sea una país de todos.

Marcela Ferraz Viana, estudiante de periodismo de la Universidad Católica de Minas Gerais de Belo Horizonte (sureste), reconoce que “la parte Norte y Noreste de Brasil es como si fuera otro país… acá abajo casi no se sabe nada de lo que pasa allí”. Estudiosos han llamado a esta zona la de “los desposeídos”, dado que la mayoría de los nordestinos viven en extrema pobreza. El área contiene la más alta concentración de miseria, tanto rural como urbana, que se pueda hallar en todo el continente americano; mientras que la zona sur posee más del setenta por ciento de la economía brasileña.

Joseph Page, profesor de derecho en la Universidad de Georgetown, en Washington, autor del libro Brasil, el gigante vecino, explica que “si fuera un país independiente, el Noreste de Brasil sería la tercera nación en tamaño y la segunda en número de habitantes de Sudamérica. En 1955 la región estaba poblada por casi veinte millones de personas. En 1970 había pasado los treinta millones, y en 1990 excedía los cuarenta y dos millones”. Esta es la región que ocupa geográficamente “la protuberancia oriental de Brasil y se extiende hasta las selvas tropicales del Amazonas hacia el oeste”.

Esta situación divergente entre el norte y el sur hace que las políticas de información sean diferentes también, y que el modo de ejercer el periodismo y la facilidad de acceso a la información tenga rasgos distintos.

La Prensa

Brasil contiene la impresionante cantidad de más de quinientos diarios en todo el país. La prensa está fuertemente concentrada en la zona sur, específicamente en Rio de Janeiro, São Paulo y Brasília (la capital). La llamada “Grande Prensa” junta los principales periódicos de Brasil: O Globo, O Dia y Jornal do Brasil (en Rio de Janeiro); O Estado de São Paulo, Folha de São Paulo y Jornal da Tarde (en São Paulo); y Correio Braziliense (en Brasília). También están las revistas de gran circulación: Veja y Época; muchas emisoras de radio; y las principales redes de televisión: TV Globo y

Fuente: Asociación Brasileña de Periodismo Investigativo (ABRAJI)

Mapas temáticos de Brasil

Record en Rio de Janeiro; Bandeirantes y SBT (Sistema Brasileiro de Televisão) en São Paulo.

La región norte y noreste tiene medios importantes en menor medida, sobre todo en las ciudades de Manaus, capital de Amazonas; Belém, capital de Pará; Fortaleza, capital de Ceará; Recife, capital de Pernambuco, y Salvador, capital de Bahia. En todas estas ciudades hay periódicos de importancia regional y local. Las emisoras de radio y televisión regionales son muy utilizadas por las poblaciones locales.

Sin embargo, a juicio de Marcelo Cancio, profesor en el Curso de Periodismo en la Universidad Federal de Mato Grosso do Sul, en la ciudad de Campo Grande, aunque los periodistas regionales hacen un buen trabajo, “ el principal problema de la prensa es la concentración del poder en manos de pocos”. Otro problema grave es que muchos políticos son dueños de emisoras de radio y televisión. Esto pasa, por ejemplo, con la Red Globo de Televisión, un grupo económico muy fuerte que controla diarios, periódicos, sitios de Internet, grabadoras, editoras y, principalmente, los contenidos de la televisión: telenovelas, noticieros, programas deportivos, infantiles. La Red Globo tiene emisoras en todo el país que retransmiten su programación. “La predominancia de la Red Globo es un peligro para la democracia brasileña, porque muchos ciudadanos tienen a esta emisora como referencia de información”. Los logros de este medio han sido tan abrumadores que ha terminado siendo un monopolio en un área en la cual el público estaría mejor servido si hubiera una vigorosa competencia.

Los problemas de ser del Norte

La producción de noticias en los medios es extremadamente importante para toda la población brasileña. Las informaciones nacionales son transmitidas desde Río, São Paulo y Brasilia para todo el país, pero las informaciones regionales y locales también tienen fuerza en cada departamento, región o ciudad, sobre todo porque, al vivir en pequeñas comunidades, tienen la oportunidad de hablar, de conocer, de mirarse y de transmitir informaciones respecto a su propia área de convivencia.

Sin embargo, se ha dicho que en Brasil siempre hay algún periodista muerto. La lucha contra la violencia, la criminalidad y el crimen organizado es un problema latente. Brasil tiene la cuarta mayor tasa de homicidios en el mundo con un promedio de 27 muertes por cada 100 mil habitantes cada año. La corrupción en la policía, la participación de la clase media con las drogas y el proceso de criminalización de las cadenas ha marcado varios casos de delincuencia en el país en contra del desarrollo del periodismo, aunque no mayoritariamente en el norte. Brasil se ha convertido en un estado conocido por la cantidad de asesinatos de activistas políticos y sociales

Además de los homicidios perpetrados a los periodistas, otro factor importante es el económico. Los medios de comunicación de esta zona, al no tener la misma capacidad de la “Grande Prensa” se desenvuelve en menor medida, pero ello no interfiere en la preocupación de los periodistas en hacer un periodismo responsable y correcto, bajo los dos criterios e indicadores de calidad: responsabilidad y ética.

El periodista Mario Osava, periodista responsable de la corresponsalía en Brasil de la agencia de noticias Inter Press Service (IPS), publicó hace un tiempo un reportaje muy revelador acerca del trabajo del periodista Lúcio Flávio Pinto, como un caso muy particular. Este último ejerce el periodismo desde Belem, capital del estado de Pará y principal puerta de entrada a la Amazonía a través de publicaciones en su diario quincenal Jornal Pessoal (Diario Personal). Se encarga de evidenciar la corrupción, los fraudes para obtener tierras y los abusos del mayor grupo local de medios de comunicación. Vende solo 2000 ejemplares en los kioscos para «dar al ciudadano la información necesaria a sus decisiones» y para «pelear con los poderosos en condiciones de igualdad». Hasta la publicación del reportaje, Flávio Pinto tenía 18 acciones judiciales pendientes.

En suma, se puede decir que la prensa de la región norte cumple un papel muy importante cuando informa correctamente a la población. La sociedad es productora de muchos acontecimientos y la prensa tiene la responsabilidad de revelarlos. El periodismo es importante para la sociedad porque tiene la capacidad de ampliar la capacidad crítica de las personas, por tanto, para una prensa de calidad, los periodistas del norte de Brasil deben mantener los valores éticos que contribuyen a la correcta elaboración de los contenidos, a pesar de las dificultades.

Vanessa Quinde Montero

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